Herrero, fotógrafo y escultor: estamos ante un artista muy completo. El sueco Tobbe Malm emplea piezas de acero y hierro desechados, las recicla y transforma en esculturas con alma. Las piezas básicas de su trabajo son los pernos desechados que recoge y dota de una nueva vida para instalarlas, merecidamente, en el pódium del arte.
En su taller de Oslo y empleando la forja, los pernos expuestos al fuego van siendo modelados hasta adquirir semejanza humana. Como una catarsis, estos productos de ferretería dejan de cumplir su función de sujeción de otros materiales y se transmutan en personajes que narran sus propias historias, ya humanas. En sus obras el arte habla.
Obra de metal reciclado de Tobbe Malm |
En esta escultura el artista representa un niño y un adulto. Hay dos piedras: sobre una se sienta el pequeño mientras el adulto la lleva sobre su espalda. En esta singular obra, los personajes se miran directamente y se establece una comunicación entre ambos.
La obra es un gran interrogante abierto que nos ofrece múltiples interpretaciones:
- El niño puede representar la infancia libre de responsabilidades, que al crecer debe asumir y convertirse en una pesada carga.
- También, el pequeño puede simbolizar la psique inconsciente intentando acceder al consciente del individuo para hacerle comprender que asume ataduras que no le competen y le restan libertad.
Una obra abierta que nos permite proyectar diferentes preguntas y respuestas, que variarán en función del individuo que la observa, su situación vital y emocional.
Escultura con ataduras de Tobbe Malm |
En esta escultura de Tobbe Malm, sentimos el dolor y abatimiento que es capaz de transmitir el perno, ya humanizado, mostrándonos las ataduras que esclavizan y anulan a la persona. La cadena, del mismo material del que está constituido el singular ser, lo aprisiona. Metáfora de que los propios miedos y temores anclados en nuestro subconsciente, tejidos por nosotros, pueden convertirse en nuestro peor enemigo. A su lado, un pequeño mira sus cadenas: el consciente del ser se siente incapaz de liberarlo, tal es el poder de nuestro subconsciente.
Pareja, obra de Tobbe Malm |
El amor, rezumando una gran delicadeza, es palpable en estos dos trozos de metal que el escultor nos muestra de una manera sencilla y magistral.
Nunca un perno fue capaz de transmitir tanta ternura: el más alto (la figura masculina) acaricia realmente con su cabeza a la de la mujer.
La maestría del escultor sueco es digna de reseñar. En ninguna de sus obras hay ningún atributo diferenciador de género, así como no hay rostros, ni brazos, etc., sin embargo, al contemplarlas sentimos el amor reposado de la pareja y la identificamos como tal.
Obra reciclada de metal |
El final trágico: la guerra. El final: la partida. El final: el descanso tras la batalla de la vida. Muere el hombre, pero el metal sobrevive gracias al arte reciclado de Tobbe Malm legándonos su mensaje. El pequeño perno en el pecho puede simbolizar el alma liberada o la inmortalidad.
Fósiles, escultura de metal reciclado |
En su serie Fósiles, el artista protege diferentes peces en un yacimiento de metal, donde los preserva a modo de grabado y en posición vertical ascendente: parecen vivir y dirigirse hacia la superficie; el escultor ha grabado burbujas de aire en la parte superior, quizá el último aliento, quizá el aire disuelto en el metal necesario para continuar viviendo, renacer o reciclarse, y no convertirse en petróleo (destino final de toda la materia orgánica).
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